martes, 27 de febrero de 2018

Un poema de Ernesto Cardenal

Ernesto Cardenal

"... LAS RIQUEZAS INJUSTAS" (LUCAS 16, 9) 

Y en cuanto a las riquezas, pues, justas o injustas 
los bienes bien o mal adquiridos: 
// Toda riqueza es injusta. 

Todo bien, 
/ mal adquirido. 
Si no por ti, por otros. 
Tú puedes tener la escritura correcta. Pero 
¿compraste la hacienda a su legítimo dueño? 
¿Y él la compró a su dueño? ¿Y el otro...? etc. etc. 
Podrías remontar tu título hasta un título real 
// pero 
¿fue del Rey alguna vez? 
¿No se despojó alguna vez a alguno? 
Y el dinero que recibes legítimamente ahora 
de tu cliente, del Banco, del Tesoro Nacional 
// o del Tesoro de USA 
¿no fue alguna vez mal adquirido? Pero 
no creáis tampoco que en el Estado Comunista Perfecto 
las parábolas de Cristo ya estarán anticuadas 
y Lucas 16, 9 ya no tendrá validez 
/ y ya no serán INJUSTAS las riquezas 
y ya no tendréis la obligación de repartir las riquezas! 

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ERNESTO CARDENAL. Poesía completa. Tomo 1. editora patria grande. Buenos Aires, 2007. Pp. 168-169. 

martes, 13 de febrero de 2018

Un poema de Edgar Bayley

Edgar Bayley

LA VECINA 

--¡Al diablo con tus proyectos y planes! ¡A quién se le ocurre vivir en semejante andurrial! No escarmentarás nunca. Ahora mismo me mando a mudar. La culpa es mía por andar con un hombre de tu especie. 

Elvira se fue y Carlos siguió avivando el fuego del hornillo. Tenía sus planes, es cierto, y no podía abandonarlos. Él se iría también pero en el momento oportuno. Mientras tanto una vecina lo observaba, acodada a su balcón. En ese momento llegó el doctor Pi. 

--Deje ese fuego ahora; hay cosas más importantes que hacer. Póngase la capa y salgamos. No olvide llevar el Cáliz de los Borgoñones. Invitaremos a su vecina. Nos será útil. 

Los tres se confundieron entre los enmascarados de la calle. El doctor Pi, que parecía aún más alto con su sombrero de copa, iba abriendo camino entre la multitud. Carlos, abrazado a su vecina, procuraba no perderlo de vista. 

--¡Doctor, Edgar nos espera en la torre!-- gritó Carlos. 

--Se equivoca, amigo, ya se encuentra en el aeropuerto. 

Entraron a descansar un rato a un café. 

--Era lo que me suponía --dijo el doctor Pi--. Nos han descubierto. Pero aún estamos a tiempo para despistarlos: oculte el Cáliz bajo su capa y huya con su vecina. 

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EDGAR BAYLEY. Antología poética / Selección y prólogo de Jorge Aulicino. FCE. CABA, 2015. Pág. 254. 

domingo, 4 de febrero de 2018

Un poema de Rodolfo Alonso

Rodolfo Alonso

HOMBRE AL AGUA 

Maneras de vivir 
maneras de morir 

Para volver a empezar 
para volver 
hace falta muy poco 

Una palabra 
un gesto 

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RODOLFO ALONSO. El uso de la palabra / Poesía reunida 1956 - 1983. Eduvim. Villa María (Córdoba), 2017. Pág. 171.