miércoles, 5 de diciembre de 2018

Un poema de Héctor Pedro Blomberg

Héctor Pedro Blomberg

LAS GAVIOTAS 

Suena el áspero graznar 
De las errantes gaviotas, 
Como diabólicas notas 
De un misterioso cantar. 

Aves extrañas e inquietas, 
Espíritus de los mares, 
Turbando con sus cantares 
Las silenciosas goletas. 

Siguen con raudo volar 
Los buques abandonados 
Y son las almas de ahogados 
Que van saliendo del mar. 

Aves brujas, en la estela 
De la nave que salía 
Graznaron su profecía 
Cuando el viento hinchó la vela. 

Y al oír el canto aquel 
En la voz de la marea, 
Turbado por negra idea 
Palideció el timonel. 

¿Qué graznabas, ave bruja, 
En las cuerdas del bauprés? 
Oirán tu canto después, 
Cuando la tormenta ruja. 

Pasan, bajo el cielo gris, 
En el rumor de los puertos: 
Son las almas de los muertos 
En marcha a un vago país. 

Suena el áspero graznar 
De las errantes gaviotas: 
¿Hacia qué tierras remotas, 
Alma mía, has de zarpar? 

- . - . - 

HÉCTOR PEDRO BLOMBERG. Poesías / Sus mejores canciones. Librerías Anaconda. Buenos Aires, s/f. Pp. 45-46. 

martes, 7 de agosto de 2018

Un poema de Irma Peirano

Irma Peirano

ÁRBOL 

Cortaron aquel tronco poderoso 
cuando julio afilaba sus cuchillos. 
Lo partieron en dos por la garganta 
congelando sus voces y sus bríos. 

Quedó amputado el árbol bajo el cielo 
como un gigante chorro detenido, 
un surtidor de luto entre tinieblas 
no pudo ser más triste y más sombrío. 

Rodeado de vacío quedó el árbol 
contándose memorias de sí mismo, 
oyéndose subir por la corteza 
la voz de los ramajes desprendidos. 

Qué gusto daba verle aquellos días 
en que moviendo acompasados círculos 
de viento infatigable, entrechocaba 
las vejigas ardientes del sonido. 

Dejaba trascender por ese entonces 
sus zumos olorosos, sus estímulos 
de varón vegetal airosamente 
dado a la tierra y en la tierra implícito. 

Cuando la noche destilaba sombras 
en los largos veranos encendidos, 
con fina lengua de amorosa lija 
aplicaba su sed bajo el rocío. 

Y en el rigor de julio, cuando hendieron 
su tronco milagroso los cuchillos, 
era un perfecto y cálido sistema 
de activa savia entre rumores vivos. 

Ya no hay quietud que pueda comparársele, 
no hay mutismo que iguale su mutismo. 
Un surtidor de luto entre tinieblas 
ahora no es más triste y más sombrío. 

- . - . - 

IRMA PEIRANO. Poesía reunida. Selección, prólogo y notas de Martín Prieto. Investigación biográfica y entrevistas de Delia Crochet. Editorial Municipal de Rosario. Rosario, 2003. Pp. 227-228.

lunes, 30 de julio de 2018

Un poema de Jorge Boccanera

Jorge Boccanera

NOTICIAS DE LA HISTORIA 

Según la Historia Universal, 
a la paloma de la paz, 
se la comió, 
la gallina de los huevos de oro. 

- . - . - 

JORGE BOCCANERA. Antología poética. Fondo Nacional de las Artes. Buenos Aires, 1996. Pág. 76.

martes, 3 de julio de 2018

Un poema de Miguel Hernández

Miguel Hernández


El mar también elige 
puertos donde reír 
como los marineros. 

El mar de los que son. 

El mar también elige 
puertos donde morir. 
Como los marineros. 

El mar de los que fueron. 

- . - . - 

MIGUEL HERNÁNDEZ. Obras. Tomo I. Losada. Buenos Aires, 1997 (cuarta edición). Pp. 433, 435.

lunes, 11 de junio de 2018

Un poema de Antonio Requeni

Antonio Requeni


MUSEO DEL ORO DE BOGOTÁ 

Entra al Museo y mira. 
Máscaras, tiaras, brazaletes, túnicas. 
Ajuar para las danzas del amor 
o los conjuros de la muerte. 
Último resplandor del infortunio. 
Hojas del árbol de oro de la noche. 
Desceñidos relámpagos. Votivas 
cicatrices de un fuego sepultado 
en el oscuro olvido en que se alberga 
un inaudito pueblo de cadáveres. 

Ellos también nos miran, ¿no lo adviertes? 
Ellos, los muertos, sucios, masacrados 
en mitad de la orgía melancólica. 
Ellos: rapsodas, tañedores, brujos 
con coronas de plumas y esmeraldas; 
los guerreros impúdicos, altivos, 
y princesas de cuellos imperiales. 
(Así los vio el conquistador ilustre 
Don Gonzalo Giménez de Quesada.) 
Son ellos, sí, los muertos. Y nos miran. 
Pero aún no sabemos entenderlos. 

Nos detenemos ante un vaso, un arma, 
un talismán, un peine, un espejito 
--la sangre fue lavada con esmero, 
ni una gota de barro los salpica--, 
y nos deslumbra el sórdido retablo. 
Membranas de oro, filamentos de oro, 
Lágrimas de oro. Genitales de oro. 
Rico botín para el coleccionista. 

¿No oyes un grito dentro de la sangre? 
¡Sal del Museo! ¡Vamos! ¡Apresúrate! 
¡Huyamos de una vez de tanto escándalo! 

Pero ellos nos esperan en la calle. 
Los muertos --otra vez-- que se acuclillan 
en la margen más triste del destino 
y, miserables, rondan nuestro tiempo. 
¿No los ves? Aquí están. Pero está vivos. 
Es una vieja indígena que ahora 
miras comer de un tacho de basuras; 
es este niño de ojos remotísimos 
que viene de otro reino y te suplica 
una moneda, un simple pedacito de cobre. 

- . - . - 

ANTONIO REQUENI. Antología poética. Fondo Nacional de las Artes. Poetas argentinos contemporáneos n° 7. Buenos Aires, 1996. Pp. 53-54. 


jueves, 17 de mayo de 2018

Un poema de Manuel Vázquez Montalbán

Manuel Vázquez Montalbán

PONME LA MANO AQUÍ 

y yo sin saber qué hacer 
de aquél olor a mujer 
a mango y a caña brava... 
Chavela Vargas 
Cuando te encuentre 
en el trastero del mundo 
/ Chavela 
me mostraré indiscreto 
quisiera 
saber qué fue de tu Macorina 
si supiste qué hacer 
/ de aquel olor a mujer 
a mango y a caña brava 

/ te perdono 
las mujeres que me hayas quitado 
a cambio de que me cantes 
/ cuerpos prohibidos 
calientes como danzones color 
canela humedecida por los deseos 

/ cuando te encuentre 
con los pies en un barreño de lágrimas 
los ojos caídos de perro perdido 
el cabello sucio por cenizas y viajes 
/ Chavela 
quisiera que cantaras la muerte de Macorina 
sobre un colchón tripudo 
/ las hojas de maíz 
salientes por los descosidos del mundo 

la vieja Macorina seguramente mal amada 
en los años en que no fue tuya 
/ ni mía 
sino un cuerpo progresivamente absurdo 
abandonado por las guitarras y las quejas. 

- . - . - 

MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN. Pp. Memoria y deseo / Obra poética / 1963-1990. Introducción de Josep Maria Castellet. Mondadori. Barcelona, 2000. 241-242.

viernes, 20 de abril de 2018

Un poema de Laura Calvo

Laura Calvo

FILIACIÓN 

Detener la palabra 
buscar la piel de cordero raído 

Tras la puerta mi perra gime 
para que yo le abra 

Requiere audacia hacerse oír 
pero también requiere sigilo 

Una perra que duerme a los pies de su ama 
es una voluntad que no hace ruido 

Mi perra suele morderme la mano: 
una mordida muelle para arrastrarme al sitio 

donde construiremos la casa 

- . - . - 

LAURA CALVO. Conquista del árbol. Ediciones Último Reino. Buenos Aires, 1995. Pág. 25. 

jueves, 19 de abril de 2018

Un poema de Blas de Otero

Blas de Otero

EN NOMBRE DE MUCHOS 

Para el hombre hambreante y sepultado 
en sed --salobre són de sombra fría--, 
en nombre de la fe que he conquistado: 
alegría. 

para el mundo inundado 
de sangre, engangrenado a sangre fría, 
en nombre de la paz que he voceado: 
alegría. 

Para ti, patria, árbol arrastrado 
sobre los ríos, ardua España mía, 
en nombre de la luz que ha alboreado: 
alegría. 

- . - . - 

BLAS DE OTERO. Con la inmensa mayoría. Losada. Buenos Aires, 1983 (cuarta edición). Pp. 54-55.

jueves, 5 de abril de 2018

Un poema de Gustavo Adolfo Bécquer

Gustavo Adolfo Bécquer

LXIX 

Al brillar un relámpago nacemos, 
Y aún dura su fulgor cuando morimos: 
¡Tan corto es el vivir! 

La gloria y el amor tras que corremos, 
Sombras de un sueño son que perseguimos: 
¡Despertar es morir! 

- . - . - 

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER. Rimas. Prólogo de Fermín Estrella Gutiérrez. Losada. Buenos Aires, 1993 (6ta. ed.). Pág. 77. 

martes, 6 de marzo de 2018

Un poema de Alberto Cisnero

Alberto Cisnero

17- 

nantucket. cuidate de pronunciarla si no sabés cuánto resiste la palabra dios o un terrón de azúcar en la boca. para siempre te vas a acordar. tipos que estaban locos o eran asesinos y allí vieron unas naves. desde el principio los cuentos que inventan los hombres se escriben sobre pieles de animales. era para que conocieras el mar. para que descifraras el capítulo cuarenta y dos. parecía el cielo. avino de lugar no divulgado. leíste querosene en un bidón. ningún elemento de nerviosismo. raspaste el fósforo. velámenes. el cuarto pendía de aquel pequeño volumen forrado en cuero. editorial sopena. redundancias. 

- . - . - 

ALBERTO CISNERO. El movimiento obrero granizado. Sugar Ray. CABA, 2014. Pág. 23.

martes, 27 de febrero de 2018

Un poema de Ernesto Cardenal

Ernesto Cardenal

"... LAS RIQUEZAS INJUSTAS" (LUCAS 16, 9) 

Y en cuanto a las riquezas, pues, justas o injustas 
los bienes bien o mal adquiridos: 
// Toda riqueza es injusta. 

Todo bien, 
/ mal adquirido. 
Si no por ti, por otros. 
Tú puedes tener la escritura correcta. Pero 
¿compraste la hacienda a su legítimo dueño? 
¿Y él la compró a su dueño? ¿Y el otro...? etc. etc. 
Podrías remontar tu título hasta un título real 
// pero 
¿fue del Rey alguna vez? 
¿No se despojó alguna vez a alguno? 
Y el dinero que recibes legítimamente ahora 
de tu cliente, del Banco, del Tesoro Nacional 
// o del Tesoro de USA 
¿no fue alguna vez mal adquirido? Pero 
no creáis tampoco que en el Estado Comunista Perfecto 
las parábolas de Cristo ya estarán anticuadas 
y Lucas 16, 9 ya no tendrá validez 
/ y ya no serán INJUSTAS las riquezas 
y ya no tendréis la obligación de repartir las riquezas! 

- . - . - 

ERNESTO CARDENAL. Poesía completa. Tomo 1. editora patria grande. Buenos Aires, 2007. Pp. 168-169. 

martes, 13 de febrero de 2018

Un poema de Edgar Bayley

Edgar Bayley

LA VECINA 

--¡Al diablo con tus proyectos y planes! ¡A quién se le ocurre vivir en semejante andurrial! No escarmentarás nunca. Ahora mismo me mando a mudar. La culpa es mía por andar con un hombre de tu especie. 

Elvira se fue y Carlos siguió avivando el fuego del hornillo. Tenía sus planes, es cierto, y no podía abandonarlos. Él se iría también pero en el momento oportuno. Mientras tanto una vecina lo observaba, acodada a su balcón. En ese momento llegó el doctor Pi. 

--Deje ese fuego ahora; hay cosas más importantes que hacer. Póngase la capa y salgamos. No olvide llevar el Cáliz de los Borgoñones. Invitaremos a su vecina. Nos será útil. 

Los tres se confundieron entre los enmascarados de la calle. El doctor Pi, que parecía aún más alto con su sombrero de copa, iba abriendo camino entre la multitud. Carlos, abrazado a su vecina, procuraba no perderlo de vista. 

--¡Doctor, Edgar nos espera en la torre!-- gritó Carlos. 

--Se equivoca, amigo, ya se encuentra en el aeropuerto. 

Entraron a descansar un rato a un café. 

--Era lo que me suponía --dijo el doctor Pi--. Nos han descubierto. Pero aún estamos a tiempo para despistarlos: oculte el Cáliz bajo su capa y huya con su vecina. 

- . - . - 

EDGAR BAYLEY. Antología poética / Selección y prólogo de Jorge Aulicino. FCE. CABA, 2015. Pág. 254. 

domingo, 4 de febrero de 2018

Un poema de Rodolfo Alonso

Rodolfo Alonso

HOMBRE AL AGUA 

Maneras de vivir 
maneras de morir 

Para volver a empezar 
para volver 
hace falta muy poco 

Una palabra 
un gesto 

- . - . - 

RODOLFO ALONSO. El uso de la palabra / Poesía reunida 1956 - 1983. Eduvim. Villa María (Córdoba), 2017. Pág. 171. 

jueves, 25 de enero de 2018

Un poema de Rodolfo Alonso

Rodolfo Alonso

CEBOLLAS DE MAIMARÁ 

Mano de indio 
/ mano 
de tiempo atrás 

Mano coya 
que corriges la piedra 
el agua el surco 
en el viento y la lluvia 

El esplendor del fruto 
te consagra 

Mano de hermano 
limpia 
oscura 

- . - . - 

RODOLFO ALONSO. El uso de la palabra. Poesía reunida 1956 - 1983. eduvim. Villa María (Córdoba), 2017. Pág. 502. 

lunes, 8 de enero de 2018

Un poema de Hugo Gola

Hugo Gola


Y sin embargo 
para algo sirve todo 
has nacido 
tal vez 
por un acto de amor 
y tu tarea 
quizá consista 
en repetir ese acto 
aunque no sepas muy bien 
para qué sirve todo 

- . - . - 

HUGO GOLA. Filtraciones. FCE. México D. F., 2004. Pág. 125.